Mesas con ocho votos hasta el mediodía y personas que reivindican la participación, lo visto en la primera consulta popular de México.
Por: Agencias | criticadn.mx
Ocho semanas después de la jornada electoral del 6 de junio, México encara un nuevo ejercicio democrático: la primera consulta popular organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE). En esta ocasión no se eligen a futuras autoridades, sino que se busca conocer la opinión ciudadana sobre enjuiciar o no a personajes políticos del pasado. Se trata de una versión matizada de la consulta que promovió el presidente Andrés Manuel López Obrador durante su campaña electoral: enjuiciar a los exmandatarios federales desde Carlos Salinas de Gortari hasta Enrique Peña Nieto.
“¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”, es la pregunta que se lee en la papeleta rosa y a la que Oscar, de 30 años y vecino de Iztapalapa, respondió que sí. “Es importante que las consultas populares sean ejercicios cotidianos para que se conozca nuestra opinión sobre temas estratégicos del país”, comenta.
Las mesas receptoras de opinión lucen semivacías en medio de la tercera ola de contagios de Covid-19, que ameritó que la Ciudad de México retrocediera al semáforo naranja. “¿Ya saben dónde está la casilla?”, pregunta un ciudadano a sus vecinos que caminan en dirección a la calle Dvorak, en la colonia Vallejo, quien da las instrucciones precisas para que la gente vaya a expresarse en la urna.
Hay interés en participar en la primera consulta popular oficial, pero la baja concurrencia es la otra cara de la misma moneda. “No le veo sentido a participar, de todas formas, no creo que se juzgue a los expresidentes”, comenta Roberto, de 51 años, vecino de la colonia Lindavista, Gustavo A. Madero, quien confiesa que ni siquiera asistirá a su mesa a marcar la papeleta rosa con el “no” porque duda que en verdad se vaya a actuar en consecuencia.
Alejandro, de 26, marcó el sí en la casilla ubicada en el Parque de los Cocodrilos, en la colonia Estrella, en cuyo kiosco había papeletas pegadas con la foto de los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, con los ojos censurados por un recuadro rojo con los mensajes “Fraude 88”, “Fobaproa”, “Atenco”, “Narcogobierno” y “Ayotzinapa”, respectivamente. Debajo la leyenda “Juicio, sí. Impunidad, no”.
Alejandro fue uno de los 37 millones 439 mil 23 mexicanos que deben asistir a las mesas receptoras de opinión para que la consulta popular sea vinculante. De hecho, los 30 millones 113 mil 483 votos que recibió el presidente López Obrador en las elecciones de 2018 quedan por debajo de lo que se requiere para que el resultado de la consulta sea vinculante.
“No creo que lleguemos a juntar los votos necesarios, he visto muy poca gente en las casillas, pero es necesario participar porque en el pasado ha habido mucha corrupción”, se sincera y bromea: “espero que la gente se haya ido a desayunar y después venga a participar”.
Desde las 9:00 horas, cuando abrieron las primeras mesas receptoras de opinión, Twitter y WhatsApp se empezaron a poblar de selfies y fotos de dedos pulgares marcados con tinta indeleble de personas que ya habían participado en este inédito ejercicio democrático en México. Con la etiqueta #ConsultaPopular2021 invitan a la ciudadanía a participar, pero el llamado no ha tenido eco fuera del espacio digital.
En la calle se percibe la baja participación. Hasta el mediodía, en la mesa 3228, en Jardines del Pedregal, alcaldía Magdalena Contreras, contabilizaba ocho papeletas en las urnas. Es la imagen contraria a las casillas desbordadas que se ven en una elección presidencial.
Las personas encargadas de las mesas receptoras cuentan que pasan hasta más de 40 minutos sin que asista alguien a marcar su papeleta. “¿Vas a votar? Pásale”, pregunta una mujer en la casilla ubicada en la calle Otilia, en la colonia Guadalupe Tepeyac, Gustavo A. Madero, a una joven que responde: “no, es que esta no es mi colonia, estoy esperando a alguien”.
Las mesas estarán abiertas hasta las 18:00 horas. En las urnas deberá haber por lo menos 37 millones de votos para que la consulta sea vinculante y el gobierno del presidente López Obrador pueda iniciar el “proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas”.
Julieta, de 45 años y vecina de Tlatelolco, también duda que se vaya a llegar al número de participación que exige la ley, pero considera que “este ejercicio tiene un poder simbólico: que la ciudadanía creemos que en el pasado hubo muchos abusos y se debe juzgar a los políticos responsables”.
Será hasta después de las 21:00 horas que el INE emita los primeros resultados y se conozcan los alcances de la primera consulta popular oficial que se celebra en México. “Va a estar difícil, no he visto mucha gente”, admite Leonel, de 33 años y quien marcó el “sí” en la colonia Tepeyac Insurgentes.