Los simpatizantes de Morena querían echar fuera a “los jueces fifís”, pero la gran mayoría de ellos ni siquiera fue a votar.
Por: Gael Guardado | criticadn.mx
Decían que el país “ya no aguantaba tanta injusticia”, que “había que tumbar a los jueces de la cúpula”, que “el pueblo sabio debía meter las manos al Poder Judicial”. Morena, ni tardada ni perezosa, les armó su elección del pasado domingo, pero fue tanta la apatía de ese “ejercicio democrático” que ni los propios chairos fueron a votar por su “nuevo poder judicial” y los poquitos que fueron llevaban “acordeón”, es decir, llevaban una consigna para votar a cambio de unos cuantos pesos.
Nomás pa’ que se den un quemón: apenas un 12% del padrón electoral fue a las casillas. Eso quiere decir que el 88% de los mexicanos no aprobó dicha votación, fue apática, incluyendo los más gritones del gallinero morenista.
Y así quieren cambiar el país, con cresta pero sin huevos. Muy buenos pa’ alzar la voz en redes y para repetir consignas como perico amaestrado, pero a la hora de la verdad, ni el polvo levantaron en la jornada electoral. Se les acabó la revolución a medio brinco.
CON ACORDEÓN EN MANO
Morena repartió papelitos pa’ que no se perdieran, pero ni con eso dieron una.
Para que no se les atascara el camino, Morena fue tan buena onda que les repartió acordeones con los nombres de los jueces y magistrados “de la cuarta transformación”. Una receta electoral tan fácil como hacer una sopa maruchán.
Pero ni así. Muchos no supieron ni por dónde entrarle. Parece que el acordeón se lo dieron a puro chairo que no pasó ni segundo de primaria, porque, aunque les pusieron la ruta, se perdieron como burro sin mecate. Y no es burla, es coraje de ver cómo los que tanto chillaban por justicia no supieron ni leer la boleta.
Como dijo mi compadre: “ni yendo a rezar con la oración (o acordeón) en la mano”. De seguro que a esos que se equivocaron en la votación, de seguro les das una brújula y se pierden en el monte.
NO HUBO SORPRESAS: GANARON LOS QUE IBAN EN EL ACORDEÓN
Ya estaba cantado: los de la lista oficial de Morena fueron los que se llevaron el premio, y premio millonario.
Y lo más sabroso: los que salían en esos acordeones mágicos, los favoritos de la 4T, fueron justo los que ganaron. Qué casualidad, ¿no? O sea, que ya tenían al jinete, solo les faltaba ensillar al caballo.
No fue elección, fue carrera arreglada. La jugada era sencilla: poner en la lista a los candidatos y luego darle el acordeón a los fieles pa’ que no se confundieran. Y aunque la gran mayoría no salió a votar, los poquitos que sí, siguieron la ruta como lo fueron: unas ovejas arreadas.
LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS
Esto no fue elección, fue rifa vendida. Los chairos exigieron reforma judicial como si fueran a domar al tigre, pero ni se atrevieron a entrar al ruedo. Con razón dicen que el que mucho relincha, poco galopa.
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