Desde el DIF hasta Palmar de Cuautla... Los tiempos han cambiado y Nayarit vive una nueva etapa en la forma de ejercer el poder.
Por: Mijail Paredes | criticadn.mx
La vieja escuela política, esa, la del viejo régimen que no termina por irse y de la cual no hay nada que aprender ni mucho menos presumir, pues hacía gala del cinismo al hacer obra pública con la firme convicción de ganar unos centavos y no privilegiando el interés general.
Sí, obra que deje dinero, pero que no cumpla con la necesidad ciudadana. Pero no voy a abundar en esto, mejor pasemos a asuntos más agradables.
Los tiempos han cambiado y Nayarit vive una nueva etapa en la forma de ejercer el poder y de priorizar obras que persigan un verdadero fin de utilidad pública.
Esa es la diferencia y tanto el gobernador Miguel Ángel Navarro como el alcalde Eduardo Lugo hacen la diferencia en ese rubro y si no me equivoco, marcan la diferencia en todos los rubros de la cosa pública.
Lugo por ejemplo, decide remodelar el DIF municipal y así poder dar una atención digna a los muchos usuarios de ese espacio.
Hay dictámenes de Protección Civil donde algunos espacios del galerón no pueden ni deben ser utilizados por el riesgo de que se les venga encima.
El DIF en Santiago ha cambiado la imagen que se tenía de un sistema integral de la familia. Ya no es caja chica de nadie, ni tampoco un lúgubre lugar donde se administra un pobre subsidio. Ya no es un ente meramente asistencialista, sino que se ha convertido en un verdadero promotor del mejoramiento de la calidad de vida de las familias santiaguenses y por esa y muchas otras razones, ese lugar se dignifica porque Santiago lo merece.
Por otra parte es un diez el que se saca el señor gobernador del estado al hacer por Palmar de Cuautla lo que muchos gobernantes jamás hicieron. En esta ocasión se remodela la plaza pública con obras complementarias que el pueblo había solicitado por años. En la primer visita del doctor a ese lugar y que no fue hace mucho, escuchó la petición y hoy ya es una realidad.
Tal vez gobernantes pasados veían como “mala inversión” hacer un beneficio a un pueblo al que se lo “traga el mar”. Eso es un mal cálculo de humanismo.
En cambio el señor gobernador impulsa el mejoramiento de la calidad de vida de los nayaritas sin hacer distinciones ni cálculos políticos. Así es el señor, y así le cumple a un pueblo que lo eligió para que lo gobernara.
Esa obra se le agradece mucho, no solo por los habitantes de Palmar de Cuautla, sino por todos los santiaguenses y por supuesto por el presidente municipal ya que Cuautla es y seguirá siendo Santiago.
Esos son dos ejemplos de muchos de los que hablaremos en otra ocasión ya que el cerro de documentos por firmar ya está en mi escritorio junto con mí humeante taza de café del bueno.
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