|La guerra entre Mayos y Chapitos ha paralizado el comercio, afectado los cultivos y causado daños psicológicos a la población, mientras el gobernador Rocha Moya dice que los hechos son sacados de contexto por los medios; autoridades no saben cuándo parará.
Por: Agencias | criticadn.mx
Desde la mañana del lunes 9 de septiembre, hace ya 100 días, los habitantes de la capital de Sinaloa revisan ávidamente redes sociales y algunos noticieros como si trataran de informarse sobre el estado del tiempo. Pero lo que buscan en realidad es saber si es seguro salir.
Desde el día en que grupos rivales —las facciones de los hijos del Chapo Guzmán contra la que encabezó Ismael Mayo Zambada— comenzaron a chocar, han dejado en sus enfrentamientos más de 600 muertos (de los que se tiene registro oficial), además de más de 900 personas privadas de su libertad o “levantadas”.
Lo ocurrido en este periodo ha significado que Sinaloa se ubique como el segundo estado más violento durante la incipiente administración de Claudia Sheinbaum Pardo, apenas detrás de Guanajuato.
Derivado de esta batalla en Sinaloa, hay en promedio un asesinato cada cuatro horas, seis cada día. La Fiscalía General del Estado reportó que entre el 9 de septiembre y el 9 de diciembre se registraron 555 homicidios dolosos.
Otros indicadores de la inseguridad se advierten en las calles de Culiacán, señala Manuel Clouthier, empresario sinaloense y exdiputado federal independiente. En una entrevista reflexiona sobre algunos estragos intangibles de la violencia.
Pérdidas económicas
“La realidad está en la calle”, advierte el empresario. Hace referencia al repliegue que la ciudadanía hizo en sus actividades diarias. El comercio paralizado ha perdido más de 18 mil millones de pesos, de acuerdo con la Coparmex Sinaloa. “Pongan orden en la calle, que ésa es la responsabilidad de la autoridad, poner orden en la calle. Pero resulta que, como te lo expliqué, cuando se desata la guerra entre las mafias, fue que la Policía Municipal y los tránsitos ya estaban resguardados. ¿Y el ciudadano común, quién lo cuida al ciudadano común, quién le garantiza seguridad?”, dice.
Pero la calle sigue tomada por el crimen organizado. Un ejemplo reciente fue el enfrentamiento entre grupos ocurrido cerca del mediodía del sábado 14, que resultó con un hombre ejecutado con más de 300 disparos de arma de fuego en la zona de Real del Country, en Culiacán. En las inmediaciones, una Liga de beisbol infantil tenía actividad, la cual tuvo que ser interrumpida. La gente se lanzó al piso al escuchar los disparos, que tuvieron duración de por lo menos cinco minutos, de acuerdo con testigos.
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La madrugada siguiente otro “topón” entre grupos rivales se dio en la entrada del fraccionamiento La Conquista, dañando la estación de Bomberos recién inaugurada en el sector, así como vehículos de la institución, junto a la fachada de una privada en esa zona. Los disparos también fueron por espacio de al menos cinco minutos.
Manuel Clouthier advierte además el daño que ha ocasionado la violencia a diferentes sectores, como ocurre en su ramo, la construcción de casas habitación, que ha ido a la baja. Pero la crisis se extiende. Lo ejemplifica exponiendo una pregunta.
“Y esto no es discurso, esto es realista. ¿Cómo te gusta que estén los que venden tractores? No solamente no venden ninguno, les están robando, les han estado robando tractores, pero además, ¿cómo te gusta que traigan la cartera?”, inquiere.
Como estado agrícola, durante los últimos tres años, la sequía y la ausencia de políticas públicas para apoyar al campo local han golpeado a productores sinaloenses, a tal grado que, para el próximo ciclo, la siembra de maíz corre peligro. Entre la sequía, un gobierno que no los apoya y la violencia, el golpe puede ser más grande, advierte Clouthier.
“O sea, a los agricultores no les deben de estar pagando, pero pongo ese ejemplo, ¿cuánto del PIB sinaloense en materia que aparece como de servicios son servicios al agro?”, plantea.
El peor noviembre
Este tipo de eventos han provocado que el estado deje de recibir algunos servicios.
Héctor tiene un hijo preadolescente. Para esta próxima Navidad le ha pedido un juguete muy particular, el cual sólo venden en una juguetería cuyo sitio de origen es España. La marca es Misión 13 o Dummy 13. A través de la aplicación de internet intentó realizar la compra. No lo logró. “No hay entregas a Sinaloa”, fue la respuesta. El regalo tendrá que esperar.
Y es que las carreteras no son seguras, sobre todo en el tramo entre Mazatlán y Culiacán, en cuya longitud se han desencadenado enfrentamientos y también han dejado ahí los cadáveres, algunos incluso desmembrados.
Por eso en la ciudad la gente busca información por otros canales.
“Nos despertamos y consultamos los canales de WhatsApp o los grupos de Facebook o de WhatsApp —no consultamos medios oficiales porque mienten u ocultan la información y ya con base en la agenda criminal— para saber si hay ponchallantas, si hay balaceras o si hay bloqueos, y ya decide uno si sale o no”, explica Omar Mancera González, investigador de la Escuela de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
Es como revisar el estado del tiempo, pero en lugar de lluvia, las balas, advierte una trabajadora del Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa (Cobaes). La institución para la que labora es de las pocas que no ha cancelado clases, los trabajadores son obligados, dice, desde la dirección. Por eso prefiere mantener su nombre en el anonimato. La instrucción que les han dado es “no faltar a clases”.
El discurso es similar en el tercer piso del Palacio de Gobierno, desde donde despacha Rubén Rocha Moya. En más de una ocasión ha insistido en que la vida se puede realizar sin mayores contratiempos, y que los hechos de violencia están “focalizados” o son sacados de contexto, lo que atribuye a “medios opositores”.
Pero apenas durante noviembre último se alcanzaron 175 homicidios dolosos, cifra máxima de ese mes desde que existen registros oficiales. Es decir, en ningún otro noviembre ha habido más asesinatos que el de este 2024.
Atención psicológica
La violencia crecida, sobre todo en Culiacán, ha golpeado también la salud mental de la población. Por ello, la Facultad de Psicología de la UAS, a través del Centro de Servicios Psicológicos a la Comunidad, brinda servicios profesionales de atención virtual.
La exposición prolongada a hechos violentos impacta de manera negativa en la sociedad también en lo psicológico. Las afectaciones van desde la generación de miedos, shocks, hasta trastorno por estrés postraumático, según ha explicado el doctor Gonzalo Castaños Salazar, docente de la Facultad de Psicología Culiacán de la UAS.
“En el momento en el que se genera la problemática, los habitantes pueden estar en una situación de estrés agudo, ya que la exposición precisamente a la violencia puede provocar estas respuestas”, dijo.
Los antecedentes en Culiacán son varios ya. Desde octubre de 2019 a enero de 2023 con los llamados “jueves negros”, a esta nueva oleada violenta se le señala como “narcopandemia”.
Este fuerte golpe a la salud mental, de acuerdo con el especialista, cobra mayor impacto partiendo del origen de que en el estado “se tiene normalizado” el tema de sucesos violentos.
Ayuda tardía
La respuesta del gobierno federal tardó en llegar. La presidenta Claudia Sheinbaum envió al secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, a Culiacán a principios de diciembre. El funcionario presumió arrestos en Ahome y un decomiso de fentanilo calificado como histórico en el país.
Respecto al combate a estos grupos armados, la autoridad ha decomisado alrededor de mil armas, repartidas en 765 largas, 140 cortas y 249 mil cartuchos. También los explosivos han jugado parte importante en la batalla y se han decomisado al menos 160 granadas y otro tipo de artefactos explosivos artesanales.
Pero nada de esto ha devuelto la confianza de la ciudadanía en sus autoridades. Sobre todo, después de lo declarado por el propio Harfuch en Culiacán sobre el final de esta crisis que atraviesa el estado. Cuando fue cuestionado al respecto, respondió: “Voy a contestar con una respuesta que no es muy popular: lo que sea necesario, lo que sea necesario. Lo importante es que esté la autoridad y esté actuando”.
Durante la visita de cuatro días del secretario federal de seguridad se cometieron al menos 34 asesinatos en el estado.
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