La hermana del también exlíder transportista al parecer participó en el secuestro y otros delitos cometidos contra un empresario de Tepic en los tiempos del sexenio de Roberto Sandoval Castañeda. Ahora estará en la misma prisión que su carnal.
Por: Armando G. Barrera | criticadn.mx
La Fiscalía General de Nayarit, informó que elementos de la Agencia de Investigación Criminal, ejecutaron una orden de aprehensión contra Adriana Saldate Castillón, por su probable responsabilidad penal en hechos que la ley señala como delito de secuestro, en agravio de dos personas de sexo masculino cuyas identidades son reservadas.
La hoy detenida es hermana de un exdiputado local del PRI y exlíder transportista, Carlos Saldate Castillón, quien está vinculado a proceso por los delitos de amenazas graves y secuestro, y recluído en el CEFERESO No. 4 “El Rincón”, en Tepic, Nayarit.
Adriana Saldate, fue puesta a disposición del Juez de Control de Primera Instancia del Sistema Penal Acusatorio y Oral, con sede en la capital de Nayarit, para continuar los trámites de ley tras los cuales se habrá de determinar su situación jurídica.
RECORDANDO EL CASO DEl SECUESTRO DE LOS SALDATE
Iniciando el sexenio de Antonio Echevarría García, en octubre del 2017, el señor José Corchado denunció ante la fiscalía estatal al exgobernador Roberto Sandoval, al exfiscal Edgar Veytia y al exdiputado del PRI, Carlos Saldate Castillón por los delitos de secuestro, extorsión, desaparición forzada, abuso de autoridad, tortura, despojo de inmuebles y amenazas.
En ese entonces, narró que en 2010 fue secuestrado su hijo Hugo, por lo que tuvo que conseguir 1 millón de pesos para pagar su rescate. Y así se le acercó Carlos Saldate con la intención de adquirir un inmueble a un lado del Sam’s.
Saldate, según don José, le dijo que sabía que “estaba necesitado de dinero por la tragedia de su hijo”, lo que le pareció extraño, ya que él, por miedo, nunca denunció el plagio a las autoridades.
Don José le respondió que sí vendía, pero al precio comercial de 3 mil 700 pesos el metro cuadrado. Saldate le respondió que estaba loco, que le daría 775 mil 582.50 pesos por mil 975 metros.
Corchado tenía un terreno de 8 mil 476 metros cuadrados donde compraba y vendía ganado. Como al lado de su propiedad se construyó el centro comercial Fórum, el valor de sus tierras se volvió atractivo para Veytia y Sandoval, quienes secuestraron a Hugo Corchado para obligar a su padre a venderlas 40% por debajo de su precio.
Don José se negó; alegó que su predio valía 30 millones de pesos. “Te conviene venderme a mí, no vaya a ser que te pase otra vez lo mismo que a tu hijo”, fue la respuesta de Saldate.
A la semana siguiente, Saldate le llamó por teléfono y le indicó que Veytia quería verlo. Don José le dijo que no conocía al fiscal. A los dos días, se repitió la llamada; tampoco acudió. Después de eso fue secuestrado por hombres encapuchados que lo llevaron a la oficina de Veytia.
Dentro había sujetos armados. Veytia le reclamó porque no atendía sus llamadas; le dijo que se dejara “de pendejadas, que ya sabía por qué iba y que quería su terreno”. Corchado le dijo que ya había vendido mil metros.
El fiscal intervino de nuevo: “De estas pendejadas no te preocupes, yo me encargo de esas personas. El gobernador Roberto Sandoval quiere esos terrenos y yo se los voy a conseguir”, dijo, al tiempo que sacaba la pistola de la cintura y la azotaba en la mesa.
Por el altavoz llamó a Sandoval. “¿Cómo estás” –le respondió el entonces gobernador–. “Bien compadre, aquí, encargándome del asunto que me encargaste del terreno a lado de Sam’s Club, estoy hablando con el viejo” –dijo Veytia.
“¡Ah!, sí. ¡Que bien! ¿Y qué dice el cabrón? Si no quiere aflojar, enciérramelo unos días para que afloje el cabrón” –ordenó Sandoval, y colgó. Veytia miró a Corchado y le dijo: “Ya viste, mi compadre Roberto quiere esos terrenos. O me los das o te rompo la madre”. “No, pos así por las buenas quien no negocia” –le respondió don José.
El fiscal le indicó que le firmara la escritura a su ahijado Eduardo, quien estaba allí presente. También le firmarás una parte a la empresa Ave Fénix, propiedad de las hermanas de Carlos Alberto Saldate Castillón, de nombre Adriana y María.
Y le advirtió: “Donde quieras pelarte o salirme con una chingadera, me chingo a tu familia. Tengo bien ubicados a todos tus hijos”. Por temor, la familia Corchado ocultó varios años lo ocurrido.
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