Al saber cuánto dinero ganaba mensualmente Galilea Montijo, los sicarios del capo Arturo Beltrán Leyva hasta se enojaban.
Por: Agencias | criticadn.mx
Anabel Hernández estuvo de invitada en el programa de ‘Chisme No Like’ en donde habló sobre su nuevo libro »Las señoras del narco: Amar en el infierno», escrito donde revela que varias artistas estuvieron involucradas, sentimentalmente, con narcotraficantes, especialmente con uno de los capos que han sido más famosos de México, Arturo Beltrán Leyva, conocido como “El Jefe de Jefes” o “El Botas Blancas”.
Uno de los nombres más sonados en el libro, obviamente, es el de Galilea Montijo, de quien, incluso, se ha revelado la cantidad que recibía mensualmente por parte del narcotraficante.
»Dicen que le daba hasta 200 mil dólares al mes, al inicio, por su compañía emotiva y por su compañía sexual, al mes», reveló Anabel para el programa de YouTube.
LOS SICARIOS SE ENOJABAN
Anabel además reveló que ese derroche de dinero era un problema para los sicarios del capo fundador del cártel de Los Beltrán Leyva o “Los H”, quienes opinaban que no era justo que se le pagara más a ella que a ellos, cuando Montijo ni siquiera arriesgaba su vida por él.
»A tal grado que los propios sicarios y lugartenientes, de Arturo Beltrán Leyva, estaban enojados, les parecía, imaginemos, indignante, incluso a los narcotraficantes a estos criminales que dirían uno desalmados no sin corazón, qué les importa nada, estaban indignados, se sentían ofendidos por su propio jefe”, dijo la comunicadora.
Anabel Hernández, que se ha hecho famosa por escribir libros como “Los Señores del Narco”, “El Traidor”, «La Noche de Iguala» y «Emma Coronel» entre otros, agregó que los subalternos del famoso narcotraficante se sentían indignados porque a Galilea le daba un dineral.
“Se enojaban porque le pagaba mucho dinero a una mujer que no arriesgaba la vida por él y a ellos les pagaba menos. Este es el tipo de ambientes que se generaban incluso de discusiones internas al más alto nivel en los carteles sobre el dinero que estos hombres gastaban en estas mujeres», mencionó.
¿GALILEA LA DEMANDÓ?
Cabe recordar que esta no es la primera vez que Anabel habla sobre la relación que Galilea tuvo con Arturo Beltrán, en su pasado libro reveló dicha relación e incluso se hizo acreedora de varias amenazas de demanda por parte de la conductora; no obstante, esto nunca pasó.
»Galilea Montijo nunca me demandó, hasta el día de hoy, el libro de Emma fue publicado ya hace muchos meses y hasta el día de hoy no me ha demandado», señaló.
Hasta el momento, Galilea Montijo no ha mencionado nada al respecto.
LA MUERTE DEL CAPO
Hemos de recordar que el 16 de diciembre de 2009, luego de un orquestado plan de operación, marinos de la Armada de México, siguieron el rastro de Arturo Beltrán Leyva hasta un edificio residencial conocido como ‘Altitude’ cerca del centro de Cuernavaca.
Ahí cerca de 200 marinos movilizados por tierra y aire, rodearon el edificio, desalojando las residencias contiguas a la que se encontraba Marcos Arturo (de 51 años de edad en ese entonces).
Al momento de aproximarse, los marinos fueron recibidos con intenso fuego por parte de los narcotraficantes y estos repelieron la agresión. La confrontación duró cerca de 90 minutos, durante los cuales los sicarios arrojaron aproximadamente 20 granadas de mano (granadas de fragmentación).
Marcos Arturo Beltrán Leyva y cuatro miembros del cártel que fungían como guardaespaldas fueron abatidos, mientras que uno más se suicidó al verse copado por los militares.
Dos marinos de la Armada resultaron heridos por esquirlas de granada y uno murió. Durante el enfrentamiento también falleció una mujer (vecina sin relación con la organización) y otros 11 supuestos narcotraficantes fueron detenidos.
En una declaración, Édgar Villarreal «La Barbie» confesó a los medios que«El Jefe de Jefes» lo llamó la mañana del enfrentamiento, tan solo minutos antes de su muerte. En su última llamada y mientras los marinos disparaban contra su equipo, Beltrán pidió a Villarreal que le enviara sicarios de refuerzo a los edificios en Cuernavaca, pero este le recomendó que mejor se entregara. Leyva le dejó en claro que «prefería morirse». Y así fue: Arturo Beltrán fue abatido en la recámara principal de la mansión.
Terminado el enfrentamiento, fueron asegurados $280,000 USD en efectivo, 16 fusiles de asalto (AK-47 y AR-15), 4 pistolas, 74 cargadores y 1.700 cartuchos útiles. En la recámara principal quedaron juguetes, una Biblia, un libro, imágenes religiosas y un rosario; sobre la cama, una colcha con una enorme mancha de sangre. En el armario quedaron colgados camisas y pantalones de la marca Hugo Boss y unas botas de piel de cocodrilo. A algunos fotógrafos se les permitió hacer tomas del cadáver de Beltrán Leyva. Las placas muestran al capo con los pantalones a la altura de las rodillas y cubierto con dólares ensangrentados por todo su cuerpo.
