A golpes y tortura hicieron que firmara un documento y ahorita ni siquiera le han llamado a su embajada o consulado para que tenga una defensa legal a su favor... De derechos humanos, ni sus luces.
Por: ABC | criticadn.mx
Una persona que hace unos días recuperara su libertad después de varios meses de estar internado en el Centro de Reinserción Social “Venustiano Carranza” en exclusiva para Críticadn.mx informaba sobre la violación a los derechos humanos de un migrante guatemalteco, toda vez que custodios de ese centro penitenciario lo hicieran firmar la «confesión» por un delito de «asalto a mano armada en agravio de un taxista».
Indagando un poco más sobre este tema, se encontró que “MARIO” (nombre real) desde hacía tres meses había salido de su natal Guatemala, caminando a las orillas de la carretera, pasando hambres, asaltos y golpes.
Cuando arribó a la ciudad de Guadalajara, Jalisco, encontró donde dormir debajo de un puente, de una de las avenidas principales, cuando llegaron agentes de la Policía, desconociendo de qué corporación, lo suben a una patrulla y sin saber los motivos lo “tiraron” a la salida rumbo a Tepic.
Señala el agraviado que buscó unos arbustos y ahí durmió y después siguió su camino ya que su destino era la ciudad de Los Ángeles, California, donde iba a buscar a su único familiar que le quedaba, que era una hermana.
Su “arma” era una vieja biblia que según comenta, cuando llegaba alguna tienda como el OXXO ahí en donde había un poco de luz, leía algunos versículos para darse ánimos y esperando que Dios le indicara el camino y que durante el trayecto no lo pasara nada.
Sin embargo, cuando llegó a la tienda que se ubica en la caseta del crucero de Santa María del Oro, estando buscando algo de comer entre los tambos de basura, se le acercó una patrulla policiaca, desconociendo de qué corporación y sin decirle nada, lo esposaron y lo trasladaron a los separos de la Fiscalía en esta ciudad y creyendo que había sido detenido por haber ingresado de manera ilegal a México, pensó que le darían parte al Consulado Guatemalteco y bien a Migración, pero nada de eso ocurrió, fue enviado el “Venustiano Carranza”.
Dos días después, estando en un lugar llamado “área x” arribó un custodio y le entregó un documento para que lo firmara y dicho documento señalaba que “… por lo tanto NO ES MI DESEO SE COMUNIQUEN CON EL CONSULADO DE MI PAÍS, TODA VEZ QUE ACEPTO HABER PARTICIPADO EN UN ASALTO A MANO ARMADA CONTRA UN TAXISTA…”
Lógico fue que este MARIO se negó a firmar tal documento, cosa que le costó una soberana tortura hasta que lo obligaron a firmar.
Cabe señalar que uno de los presos que se encontraban en esa área, intentó defender a MARIO del custodio, diciéndole que esto lo iban a saber los altos mandos, a lo que contestó el custodio: «pendejo, quien crees que lo ordenó… es gente de arriba”. Seguiremos investigando más del caso, pues es raro que ni siquiera la Comisión Estatal o Nacional de Derechos Humanos estén viendo este asunto de abuso de poder y policiaco.
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