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Sube de manera alarmante el número de las posibles víctimas a 1500 en “El Rancho de la Muerte” de Jalisco.

En este macabro hallazgo el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) adiestraba a sus sicarios, pero, también, al estilo Adolfo Hitler, ¡desaparecían gente en grandes grupos! 
Por: Armando G. Barrera | criticadn.mx

Entre más se investiga y entre más se cava, más crece el horror de solo pensar todo lo que ahí vivían jóvenes, hombres y mujeres, que eran llevados a la fuerza para “adiestrarse en armas y guerra”, o para ser “interrogados” y luego, torturados e incinerados porque eran “de la contra”. 

Uno de los lugares donde metían los restos de los huesos después de la cremación.

En datos que han revelado de manera extraoficial tanto las autoridades policiacas y de investigación, como los miembros de los colectivos de búsqueda de personas a varios medios de información, y que ya circulan en las redes sociales, se afirma que ha aumentado de manera horrorosa la cifra de las posibles víctimas, tanto, que se habla ahora de unos mil 500 ejecutados, incinerados y desaparecidos en ese lugar de exterminio que se asemeja mucho a aquellos campos donde Adolfo Hitler asesinaba sin piedad a los judíos en los tiempos de la segunda guerra mundial.

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LA ESCENA ES ESCALOFRIANTE

Desde el pasado 6 de marzo de este 2025, fueron encontrados en ese predio tres hornos clandestinos con restos humanos, montañas de ropa y maletas abandonadas, y al principio, 400 pares de zapatos en este rancho ubicado en Teuchitlán, Jalisco, a unos 60 kilómetros de Guadalajara.

Junto a los restos humanos que se siguen encontrando horas tras horas, las autoridades y las madres buscadoras encontraron un altar a la Santa Muerte, rodeado de veladoras a medio consumir.

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Hace apenas seis meses, el 18 de septiembre de 2024, este mismo lugar fue desmantelado tras un operativo. En aquel momento, 10 personas fueron detenidas y dos víctimas rescatadas mismas que estaban dentro del rancho privadas de su libertad. Pero el rancho nunca fue completamente investigado… hasta ahora.

La falta de acción previa de las autoridades agrava la sensación de desamparo ante la violencia descontrolada.

En este “Rancho de la Muerte”, se han encontrado innumerables restos humanos calcinados, cientos de zapatos y prendas de vestir, cadenas, esclavas, relojes…  que apuntan a una tragedia de proporciones alarmantes e inimaginables.

Hay montañas de ropa, maletas y objetos personales esparcidos en todas partes del predio que por afuera tiene la leyenda de “Rancho Izaguirre”.

Entrada al «Rancho de la Muerte».

La mayoría de los restos óseos están severamente dañados por el fuego, y los peritos dicen que será muy difícil hacerles análisis químicos y demás de ADN para tratar de identificar a quién pertenecían.

ES EL INFIERNO OCULTO DEL CRIMEN ORGANIZADO

Este horror sin duda lleva la marca del narco, pero más al del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que dirige Nemesio Ocegueda Cervantes, “El Mencho”, ya que toda esa región es donde su organización criminal domina desde hace varios años, y ese un grupo conocido por su extrema violencia.

Además, se sabe que, durante años, los cárteles de narcotráfico han usado hornos clandestinos para desaparecer a sus víctimas, borrando todo rastro en su lucha por el poder.

El rancho, de cinco mil metros cuadrados, se ubica a poco más de una hora de Guadalajara, y para llegar ahí hay que pasar por caminos de terracería y parcelas solitarias.

En sus paredes aún se ven impactos de bala, cicatrices de una historia violenta.

Así estaba distribuído, según un testigo.

LA “ESCUELA DEL TERROR”

Ahora a ese terrorífico lugar se le conoce como “El Rancho de la Muerte” o “La Escuela del Terror” ya que era usado como un centro de reclutamiento, entrenamiento y exterminio del CJNG, según lo declaró ya uno de los sobrevivientes que reclutado a la fuerza para que se uniera a ese grupo delincuencial.

“Nos citaban para trabajos de sembradíos, guardias de seguridad, cuidador de animales en ranchos y uno por la esperanza de poder darle mejor vida a su familia aceptaba irse a Jalisco para sacarlos adelante… Todo era mentira”, dijo en entrevista a Imagen Noticias.

Según testigos el «plan de estudios y adiestramiento» era por 3 etapas:

  1. En la primera los llevaban a este lugar y los hacían entrar en confianza para después hacerlos practicar entrenamientos exhaustivos y enseñarles a usar armas de todo tipo.
  2. El testigo dijo que algunos morían ya en la segunda etapa de la “enseñanza” pero a manos de sus compañeros de “clases”, porque eso era parte de una “prueba de valor” para poder pasar al siguiente nivel, “eran ellos o tú”, afirmó.
  3. En la tercera etapa el “líder” o “entrenador” ya te daba tu rango y cargo. y solo así lograbas salir, pero bajo sus órdenes y supervisión, y solo podías ir a donde ellos te mandaban.
El altar a la Santa Muerte.

Varios de los testigos, jóvenes que estuvieron ahí y después pudieron huir, aseguran que uno de los encargados del “Rancho de la Muerte” o jefe de entrenamiento era apodado “El Dumbo”, quien es recordado por ser bastante agresivo y violento.

Del “Dumbo” ya no se supo nada después de que discutió fuertemente con uno de sus jefes, luego los mismos “reclutas” encontraron una de sus gorras enterrada, por lo que se cree que también ahí quedó, que fue asesinado, cremado y desaparecido.

LOS ENVIABAN A TODO EL PAÍS

Jalisco, Durango, Oaxaca y Estado de México son los estados de donde más llegaban jóvenes, a los que “reclutaban” a través de anuncios que se ofrecían en redes sociales trabajos que tienen que ver con otras cosas, menos con delincuencia.

Al “Rancho de la Muerte” llegaban autobuses llenos, con adolescentes y jóvenes que no se imaginaban que ahí se les acabaría su vida o se las cambiarían para siempre.

EL HORROR PARECE NO TENER FINAL

La Fiscalía de Jalisco confirmó el hallazgo de casquillos y cargadores, pero el número exacto de víctimas sigue siendo un misterio.

Este descubrimiento expone, una vez más, la crisis de inseguridad y grave violencia que azota al país.

Mientras el gobierno promete resultados, la realidad en las calles es de terror, con sitios como este que operan impunemente a solo minutos de las ciudades, en este caso como Guadalajara.

La labor incansable de los colectivos de búsqueda contrasta con la aparente inacción oficial. Familias desesperadas ahora revisan las imágenes, buscando pistas de sus seres queridos entre los restos de un horror que no parece tener fin.

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