Una pareja y sus cuatro hijos menores que vinieron de vacaciones a Nayarit, vivieron días de terror por un delito que nunca se cometió.
Por: Armando G. Barrera | criticadn.mx
El pasado viernes a eso de las 20:00 horas, varios elementos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), torturaron a una familia que provenían de la ciudad de Guadalajara, Jalisco, siendo dos adultos y cuatro menores de edad.
De acuerdo con informes proporcionados por un elemento de esa corporación policiaca y que siempre se opuso a que golpearan a la familia, e información que fue corroborada por el ofendido, se conoció que a la salida de Compostela rumbo al poblado de Las Varas, un vehículo tipo camaro color blanco, con el logotipo de “Policía Estatal”, con torretas policíacas, comenzó a seguir a una camioneta color negra, con placas del estado de Jalisco, en donde viajaban dos adultos y cuatro menores de edad, que eran sus hijos y se dirigían a Rincón de Guayabitos.
A la altura del poblado de Mesillas, el conductor identificado como Gerardo “N”, observó que el del camaro no se le despegaba, siempre atrás de él, en ocasiones prendía las torretas y luego las apagaba.
Al pasar el poblado de Las Varas, sobre la carretera 200, dos unidades de la Policía Estatal, les marcaron el alto, cosa que Gerardo obedeció, mientras que los ocupantes del camaro se colocaron atrás de dicha camioneta.
Con las armas en la mano y apuntando a los ocupantes de la camioneta negra, les gritaron que se bajaran, cosa que obedecieron éstos, ya en tierra, uno de los agentes policiacos le dio un culatazo a Gerardo sin motivo aparente, este cayó de dolor y ahí comenzaron a patearlo, frente a su esposa e hijos, quienes gritaban que lo dejaran.
Sin embargo, los uniformados también arremetieron contra los menores, los cuales tuvieron que retirarse para que ya no los golpearan.
Tras la golpiza, lo trasladaron a la cárcel municipal y le comentaron que la camioneta tenía reporte de robo, por lo que le dieron vista al Ministerio Público.
Más tarde, tras haber presentado la documentación de la unidad por parte de la esposa de Gerardo y verificar que no tenía reporte de robo, fue liberado Gerardo, pero informándole que regresara en 15 días para que le regresaran la unidad, cosa que Gerardo les indicaba que su vehículo no era robado.
Uno de los agentes policíacos, a gritos le dijo que obedeciera lo que el Ministerio Público le decía, por lo que para evitar más problemas Gerardo se retiró para ir con un médico para que le revisaran sus heridas.
Cuando este reportero supo del asunto, comenzó a investigar, por lo que el Ministerio Público se vio obligado a regresar la unidad, ocurriendo esto ya el sábado después de las ocho de la noche.
Ya el lunes, reporteros de este medio de comunicación intentaron hablar al respecto con el Director de dicha corporación policiaca de nombre Guillermo Martínez, y éste se negó a recibirlos tal vez porque no quería hablar del asunto del que tenía conocimiento, lo que hace suponer que es cómplice los delincuentes uniformados.
A raíz de este asunto, y de una leve investigación que se realizó, se supo que cada semana, mínimo, son de cinco a seis asuntos de este tipo que ordena el mismo Guillermo, donde les indica que sean “clientes” que conduzcan unidades con placas de otros estados para cobrarles entre siete y diez mil pesos por liberarlos.
Esperamos que el Fiscal General, Petronilo Díaz Ponce Medrano actúe de inmediato, aunque se duda pues el que manda ahí es Rodrigo Benítez Pérez.
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