Es importante conocer los aspectos psicológicos que reflejan los usuarios de Facebook, encontramos la formación de la identidad individual.
Por: José Miguel Cuevas/CDN
Es importante conocer los aspectos psicológicos que reflejan los usuarios de Facebook, encontramos la formación de la identidad individual (tema del cual ya analicé anteriormente), ya que ésta se construye por medio de actos y la forma de relacionarse con los demás. Si la identidad se cimenta socialmente a lo largo de la vida cotidiana y depende de la profesión, la escuela o al género, el uso cotidiano de la red social será un elemento a considerar dentro de la formación del individuo. Facebook permite que sus usuarios transmitan una imagen que en la mayoría de los casos no se tiene, da la oportunidad de elegir la mejor foto en diferentes circunstancias: viajes a lugares atractivos, el ascenso en el trabajo, los autos que se adquieren, el amor desbordado a la pareja, la familia inmensamente feliz, pueden dejarnos a todos sintiendo que estamos incompletos e insatisfechos. Esta sensación es común entre los usuarios de la red social y se conoce como “la fachada de Facebook”. Sólo se publica fachadas exitosas y sobresalientes. Las personas que observan esas publicaciones se quedan con la sensación de que todos tienen una vida extraordinaria, menos yo (Hart, 2014).
El Dr. Hart, que ha estudiado el comportamiento psicológico de los usuarios de Facebook y relata cómo algunas personas se dejan impresionar por la “fachada de Facebook”, al grado de emprender acciones para imitar compartimientos que lee o ve en perfiles de sus contactos.
“Pongamos como ejemplo a una madre joven, Susy. Facebook le provocó que comparara a su hija con la hija de una amiga. Susy llevó a su hija al doctor para averiguar que estaba mal. Había leído en Facebook como la hija de su amiga ya estaba leyendo bien a los cuatro años de edad, mientras que su hija, de la misma edad, todavía no leía nada. Luego tenemos a Jeff. Al leer los comentarios en Facebook, se da cuenta que la esposa de su amigo está haciendo comentarios muy halagadores de su amigo y se siente envidioso porque su propia esposa no hace comentarios así sobre él. Esto y muchos otros ejemplos ilustran cómo las redes sociales pueden crear una “trampa de comparación”. La persona es contantemente impulsada a hacer comparaciones, contrastando su propia vida o la de sus hijos con otros y, en el proceso, disminuyendo lo que percibe de su propia calidad de vida. Las redes sociales pueden cambiar rápidamente las relaciones, pues convierten a los amigos en audiencia y nosotros somos los actores” (Hart, 2014, Pp. 126).
Otro aspecto psicológico que se vincula con Facebook es la depresión. El propio Dr. Hart ha documentado diferentes casos relacionados con este padecimiento. Refiere que recientes estudios demuestran que cuando se pasa mucho tiempo en Facebook y en otras redes sociales, los usuarios pueden padecer la “depresión por Facebook”. Es una variante de depresión que se origina por el exceso de comparaciones con los estilos de vida publicados en la red social de los amigos virtuales del usuario (Hart, 2014). Hacer comparaciones de las “fachadas de Facebook” y hacer comparaciones, como ya hemos descrito, pudo provocar una sensación profunda de descontento e insatisfacción, las cuales pueden desencadenar en un trastorno depresivo moderado, ya que es muy complicado satisfacer los estándares de las publicaciones que aparecen en Facebook. Con todo el flujo de información fotografías y actualización de estados, es fácil experimentar que nuestro éxito disminuye y nuestras carencias se amplifican.
El portal de Internet Esperanza para la Familia (2016) define la depresión como una enfermedad que se caracteriza por la afectación del estado de ánimo, por el aislamiento y se manifestación de una severa tristeza que se prolonga por más de quince días. Se pierde la autoestima, la confianza en sí mismo y la motivación por vivir. Según algunas proyecciones futuristas; pero no por eso menos reales, se prevé que para el año 2020 la depresión será la primera enfermedad en todo el mundo. Hoy por hoy es la causa número uno de suicidio en todo el planeta. Debemos distinguir entre un cuadro depresivo como tal y un periodo de tristeza natural. El primero debe ser diagnosticado por un especialista: médico, psicólogo, psiquiatra, terapeuta; el segundo todo persona podemos contraer un episodio de tristeza por diferentes circunstancias. En otras palabras, la tristeza no es depresión, pero la depresión va acompañada por un periodo de tristeza por lo menos de dos semanas.
Pero no sólo la tristeza se vincula con la depresión, también la insatisfacción. El filosofo Umberto Eco en su libro Apocalípticos e integrados (2002) establece que “los sentimientos más experimentados en el ser humano en los últimos tiempos son: la soledad, el vacío, la inquietud, la falta de paz mental y la insatisfacción”. Y sigue diciendo: “La persona que no encuentra diversión en todo lo que hace; necesita reorganizar su vida lo antes posible, pues el gozo de lo que hacemos en la vida, es la base de la felicidad, la eficiencia y el éxito”. Los usuarios de Facebook (incluidos los adolescentes) que se impresionan por la “Fachada de Facebook” son, en su mayoría, los que antes de estar en la red social ya experimentaban todas las sensaciones descritas por el filosofo, al leer o ver las publicaciones de sus contactos pueden desencadenar un trastorno depresivo, leve o severo (Herrera, 2010).
El narcisismo es un trastorno de la personalidad que también se relaciona con el uso de Facebook, particularmente con el abuso de fotografías publicadas sobre el propio usuario. En la actualidad, los participantes de la red social tienen cuentan con la oportunidad de tomarse una fotografía por ellos mismos, a esa práctica se le denomina “selfie” que es una de las actividades más comunes entre adolescentes de 10 a 14 años de edad (Morduchowicz, 2014). Existe una tendencia entre los usuarios de Facebook a resaltar sus cualidades físicas a través de fotografías, que en el mayor de los casos, están editadas por los “filtros” de las cámaras de los dispositivos móviles que hacen ver a la persona más estilizada y con menos imperfecciones faciales. Según el Dr. Hart, existe entre los adolescentes y jóvenes una inclinación hacia el egocentrismo. Una forma de llamar la atención entre los grupos de adolescentes para determinar, a manera de competencia, quién es más popular y quién obtiene más ”likes” y comentarios es través de fotografías, ya sea luciendo una prenda de reciente adquisición o visitando algún lugar interesante, que de antemano saben, les puede generar comentarios positivos. Aunque el egocentrismo se relaciona con la personalidad narcisista, en realidad existen muchas diferencias.
La comunidad terapéutica virtual Esperanza para la Familia refiere que el narcisismo se relaciona con un trastorno de la personalidad, no tan frecuente, pero si se tienen casos muy bien identificados en la sociedad y en las familias. Las personas con esta personalidad tienen un sentido de superioridad y una creencia exagerada de su propio valor e importancia, lo que los psiquiatras llaman “grandiosidad”.Pueden ser extremadamente sensibles al fracaso, a la derrota o a la crítica; cuando se les confronta con su realidad para comprobar la alta opinión que tienen de sí mismos, suelen ponerse fácilmente rabiosos o gravemente desanimados. Tienen muchos deseos de ser admirados y reconocidos como personas atractivas, agradables e inteligentes. La esencia de la personalidad narcisista es que tienen un deseo intenso de ser admirados, de ser altamente reconocidos. En otras palabras, en Facebook encontramos a muchas personas egocentristas, que les gusta ser el centro de la atención y la admiración pero a un número reducido de usuarios con trastorno de personalidad narcisista, ya que de este último, es derivado de una afectación de tipo psicológico que no es tan común. Hasta la próxima. *Conferencista y Terapeuta Familiar. Facebook: José Miguel Cuevas Delgadillo.
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