Toledo fue un artista imprescindible, orgulloso de su origen y raíces, cuyo arte representa el sentido social. En nombre de su bancada parlamentaria del pan, la senadora Núñez Sánchez, rindió homenaje póstumo al artista oaxaqueño.
Por: Jesús E. Guardado/CDN
Con motivo del fallecimiento del artista plástico, Francisco Toledo, el pasado jueves 5 de septiembre, el Pleno del Senado de la República hizo honores a su vida y legado, y se unió al duelo nacional guardando un minuto de silencio y otro de aplausos.
Por ello, desde la más alta tribuna de la Cámara Alta, y en representación de su fracción parlamentaria, la Senadora Gloria Núñez, aseveró que su obra fue como él, “irreverente, provocativa y transgresora. Así era Toledo cuando encabezaba la lucha por preservar el patrimonio cultural, los recursos naturales, el maíz nativo, en un país que, decía, se está destruyendo”.
En su mensaje, Gloria Núñez, señaló que el Maestro Francisco Toledo representa la personificación del arte con sentido social, del arte con orgullo que representan nuestras raíces más profundas, del arte libre que levanta la voz para exigir justicia y defender los derechos de la nación pluricultural mexicana.
La también integrante de la Comisión de Cultura del Senado, agregó que una de sus más ondas preocupaciones fue la sustentabilidad de los pueblos indígenas y del patrimonio cultural de Oaxaca. “Desde el centro cultural que fundó en Juchitán en 1972 apoyó a escritores zapotecas, quienes en su lengua materna publicaron sus obras con su apoyo”.
Reconoció que a los jóvenes les enseñó el poder de la palabra escrita, esa que se plasma y que se graba. La pluma de Toledo, la pluma de Toledo múltiples veces dio cátedra del poder de la congruencia frente a los gobiernos insensibles y de cómo con tamales oaxaqueños se podía derrotar a los miles de dólares de las empresas trasnacionales.
Dijo también que Toledo fue un nombre sin límite en su entrega y generosidad con los jóvenes, a quienes transmitió el compromiso con la creación artística y se aseguró de que su legado siguiera aún sin él, por lo que entregó la donación al Instituto Nacional de Bellas Artes, el acervo del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca con miles de obras.
Fue un digno ciudadano, -aseguró la Senadora- convencido demócrata de Juchitán, su activismo lo llevó a ser perseguido durante la durante la represión del 2006 y en 2016 condenó los actos de provocación del Gobierno federal y expresó: “una reforma educativa debe ser el pretexto para la discusión de ideas, no aún un pretexto para reprimir y acabar con los opositores”.
Reveló que Toledo nunca tuvo miedo a expresar sus ideas y su acompañamiento a las causas más justas y nobles. Cuando defendía los derechos humanos lo hacía con creatividad, con ingenio y con mucha sencillez, así lo hizo cuando protesto y exigió la devolución con vida de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa. “Usó el papel, el lápiz y el viento para hacer volar a los papalotes que protestaban en silencio”, indicó.
Finalmente, la Senadora lamentó que el maestro ha partido, “pero nos quedamos con sus huellas por las calles de Oaxaca, con sus ideas leídas y con sus ideas escritas, con sus causas y sus protestas, con los dibujos que salen de su mano y pintan la naturaleza a su alrededor, con su legado de mosaicos, de textiles, fotografías, grabados y esculturas que heredan a su pueblo y que las nuevas generaciones, a quienes seguramente evocarán para continuar con la obra artística con sentido social”, reiteró.
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